Durante cuatro años, entre el 2006 y 2010, el precio
del cobre había empezado a llegar a límites históricos, la industria
manufacturera dependiente del cobre hasta esfuerzos por hallar un reemplazo de menor
costo, encontrando en el aluminio una alternativa.
Pese a la
volatilidad en el precio del cobre registrada entre el 2014 y lo que va del
2015 – durante los últimos doce años –, su cotización ha experimentado una
evolución variando desde US$ 1.483 a US$ 7.125 la tonelada para las entregas a
tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME). Por su parte, el aluminio,
apenas se ha modificado y cuando cae lo hace en la misma proporción que el
cobre. Incluso cuando el precio del cobre se cuadruplicó en ese periodo, la
producción del metal ni siquiera se ha duplicado puesto
que los reportes globales muestran que el mundo produjo 13,2 millones TM en el
2000 y 17,9 millones TM en el 2013.
¿Pero,
podrá vencer el aluminio al cobre?
La conductividad y
la comunicación digital es el reino del cobre, también se le encuentra en la
arquitectura, como metal decorativo, aún es el metal favorito por su
ductilidad, conductividad de electrones y calor. En ese aspecto, la plata
supera al cobre, pero su costo es mayor. Los científicos han encontrado una
propiedad adicional al cobre: su capacidad antiséptica, anti microbiana. El
cobre se convierte en un muro difícil de escalar para algunas bacterias,
levaduras y virus. Por esto el cobre está también presente en los fungicidas,
en las herraduras de caballos y en la pasta dental.
El aluminio,
obtenido de la bauxita, esta es su única fuente importante, está presente en
latas de cerveza y en desodorantes, en medicamentos para la acidez estomacal,
además de las aspirinas, también en los utensilios para la cocina y hasta en la
harina, en los motores de la BMW, en los autos Bentley, RollsRoyce y en los
aviones. En ciertos campos profesionales, este elemento, de color y brillo
semejantes a los de la plata, vence por mucho margen al cobre. Los ingenieros
aeroespaciales prefieren implantar aluminio en lugar de cobre en los satélites
de comunicación que próximamente serán lanzados al espacio exterior y puestos
en órbita.
Este metal, le ha
quitado participación al cobre, en los mercados de cables de poder, de equipos eléctricos, de radiadores para automóviles y de sistemas de aire
acondicionado, acero y titanio, en el mercado de la transmisión de calor;
la fibra óptica, en las telecomunicaciones y el plástico, en los sistemas de
agua potable y alcantarillado. Hacia el futuro de la conductividad, se cree que
pasará solo uno: o el cobre o el aluminio, pero no los dos juntos. Salvo el
precio, el aluminio tiene todo en contra. Por ser más blando que el cobre, los
cables de aluminio se deforman con más facilidad. El aluminio se derrite a una
temperatura más baja (660°C) que la del cobre (1083°C).
Asimismo, hay una
diferencia considerable en cuanto a la conductividad. Si por la carretera del
cobre pasan cien electrones por segundo, por una de aluminio de semejante
diámetro solo sesenta. Sin embargo, puede que las diferencias solo sean
temporales. Investigadores de la Universidad de Munich, junto con la BMW,
estudian formas de hacer que el aluminio sea tan bueno como el cobre en cuanto
a la transmisión de calor y electricidad. El aluminio le está ganando el
mercado del cableado aéreo pues es tres veces menos pesado, aunque se necesite
de bastante material para aislarlo.
Por su parte en
Rusia, científicos de la Universidad Nacional de Investigaciones Tecnológicas,
en Moscú, trabajan en un nuevo material: con la ayuda de nanotubos y
nanoesferas de nitruro de boro intentan revestir al aluminio de las
características del acero. Así que el aluminio tal vez también termine
derribando al acero. En este mundo nada puede darse por sentado, por lo pronto
la demanda mundial exige cobre, esperemos (por el bien del Perú) por muchos
años más.
FUENTE:
Tecnología Minera.
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