La época de los precios altos de
los minerales (o commodities, como se
los llama genéricamente en inglés) parece haber decaído. El tiempo actual se presenta marcado por precios relativamente más estables y con ligeras tendencias al alza o a la baja, según se trate de un mineral u otro. ¿Pero cómo estar seguros?
En general, los precios de los metales son inestables y difíciles de
predecir. Muchas veces porque se mueven en base a las dos emociones básicas de
los inversionistas: miedo y ambición.
El precio del Hierro, Manganeso, Estaño, Wolframio y Plomo
ha ido bajando sistemáticamente en las últimas décadas, por ejemplo, por lo que
su pronóstico a futuro no es muy bueno. El Cobre y Aluminio han mantenido un
nivel relativamente parejo y, dado que son metales de consumo industrial, se
espera que mantengan sus niveles de precios, al igual que el Cinc y la Plata.
El Oro ha mostrado en los últimos tiempos una ligera tendencia a la recuperación. ¿De qué
depende todo esto?
En una economía abierta el principio elemental del mercado,
lo sabemos, es el de la oferta y la demanda. Si hay más oferta de productos
bajan los precios y si hay más demanda, suben. Pero ¿hay más mercados pidiendo
metales? ¿Hay más producción de estos? ¿Qué señales nos ayudan a predecir el
comportamiento de los precios?.. A continuación enumeramos 10 variables que influyen en la subida o
bajada de los precios de los metales y que pueden arrojarnos luz sobre esta
compleja incógnita.
1. VOLÚMENES
DE PRODUCCIÓN
El hecho de que se descubra y explote un yacimiento
importante de minerales incrementa su volumen actual y produce una baja de
precios. Lo mismo sucede con el hecho contrario. Cuando una mina acaba con sus
reservas explotables crea una baja en la producción global que hará subir los
precios. Esto es lo que puede pasar, por ejemplo, con la producción mundial de
“tierras raras” (de mucho uso en productos tecnológicos) ya que en Groenlandia
estaría por explotarse un yacimiento que duplicaría la producción mundialactual.
También influye, a este respecto, el hecho de que una mina
decida incrementar su producción a raíz de una mayor eficiencia productiva, de un
mayor uso de tecnología o de una extracción más intensiva. El aumento de la
producción relajará los precios.
Otro ejemplo de esto es el incremento en la producción de
cobre de mina que creció prácticamente en 4% el 2012, según el Grupo
Internacional de Estudios sobre el Cobre (Lisboa). Esta tendencia ha persistido en el 2013, ya que este tipo de producción creció 8% año con año en los primeros
siete meses, y para este 2014 se espera un superávit de 260,500 toneladas. Esto ha presionado los precios a la baja.
2. LA
CRISIS
Las crisis son un factor clave para el precio de los
minerales. Y para muestra un botón. China es el país que consume más del 40% de
todos los metales del mundo y, en la última década, el dinamismo de su economía catapultó aumentos
del PBI superiores al 10% anual. Esto produjo un verdadero auge positivo en los
precios de las materias primas. Pero la situación ha cambiado. La economía
china evidenció muestras de agotamiento
y una tendencia a la baja desde finales de 2011, cuando su PBI bajó a solo una
cifra. Su menor demanda empujó los precios a la baja.
Estados Unidos y la Comunidad Europea, por su parte, son
también consumidores muy importantes de minerales y han pasado una recesión muy
grande (aun presente en algunos casos). La consecuencia: hay menos demanda y
más presión para que los precios bajen. La esperanza actual se fija en que
Estados Unidos logre remontar a plenitud su crisis y que Europa salga completamente de ella.
Si ambos sectores demandantes del mundo se recuperan, entonces los precios de
los metales pueden volver a resurgir.
Un caso especial es el oro que, por lo general, sube cuando
las economías no van bien. Históricamente, muchos inversionistas piensan en el
oro como una inversión alternativa cuando los tiempos económicos son difíciles
y lo usan para salvaguardarse. Es por eso que el metal precioso se dispara en años
posteriores a las crisis financieras. El oro llegó a su máximo en septiembre de
2011, negociándose en más de 1,900 dólares la onza, pero los precios han caído
desde entonces un 24% ante las señales de que la economía de Estados Unidos se
está recuperando.
3. SITUACIÓN
SOCIAL Y ECONÓMICA
En circunstancias especiales como una guerra, una situación
de emergencia, terrorismo, sucesos
naturales o de incertidumbre política o económica los precios del oro y la
plata se disparan. Probablemente porque actúan como un activo de refugio, es
decir, un lugar donde proteger y preservar la riqueza.
En estas épocas la gente y los inversionistas se sienten más
seguros del valor de los metales preciosos que del papel moneda u otras
herramientas financieras y tratan de adquirir tanto como puedan. Una subida general de los precios es casi
inevitable.
Lo mismo sucede con el panorama económico. Si la economía
está de malas y sus mercados tienden a la baja, el precio del oro se incrementa
debido a que más personas optan por invertir en oro y plata.
Inclusive hay hechos sociales concretos que tienen su
influencia en los precios. La llegada del nuevo año Chino (conocido como
Festival de Primavera), por ejemplo, suele implicar al menos 15 días de
mercados chinos cerrados. Estos días la demanda de metales disminuye y el
precio suele bajar. Este año 2014 el evento comenzó el 31 de Enero (año 4712,
Año del Caballo, según el calendario chino).
4. POLÍTICAS
DE LOS BANCOS CENTRALES
Los bancos centrales suelen invertir en oro y plata como una
cobertura contra la inflación. El oro, como la plata, son “seguros de vida”
contra las fallas del sistema que afectan el mundo económico-financiero. Pero no sólo se invierte en oro. También en plata,
cobre y alimentos como la soya y materias primas como el algodón, entre otros
(es decir, en commodities) y estas
compras afectan el precio del mercado.
Las políticas financieras específicas también tienen su peso.
Una mayor tasa de interés va a provocar que las personas inviertan en divisas
(dólar, yen, euros, pesos, etc.) ya que los rendimientos son mayores, mientras
que una baja tasa de interés hará que el
precio del oro suba porque los inversionistas preferirán comprar metales
preciosos como defensa contra la inflación.
Actualmente es tanta la liquidez que tienen los
inversionistas por las políticas monetarias de la Reserva Federal de Estados
Unidos, del Banco Central de Inglaterra, Banco Central Europeo y, más
recientemente, del Banco de Japón, que parte de los portafolios especulativos
están integrados por commodities.
El cobre ha sido afectado por altos inventarios en la Bolsa
de Londres y el Mercado de Futuros de Shanghai, en medio de una desaceleración
de las compras de China.
El otro fenómeno importante de las políticas bancarias son
las oleadas de ventas de las materias primas. Los bancos de algunos países (Inglaterra, Suiza, Argentina, etc.) se han
estado deshaciendo de sus reservas metálicas. Eso representó una gran inyección
de oro y plata al mercado que no se esperaba que saliera a la venta y generó una
gran contracción de los precios por exceso de oferta.
Hace unos meses el precio del oro se había afectado ya ante la
preocupación de que Chipre venda parte de sus reservas del metal (avaluadas en 441
millones de euros) para pagar la factura del rescate y de que países europeos
altamente endeudados como Italia, España y Portugal sigan su ejemplo.
5. VALOR DEL DÓLAR
Una premisa clásica que ha influido en la cotización es la
relación inversa que existe entre el dólar y el oro. Dado que el dólar es la
divisa o moneda que la mayoría del mundo usa, cualquier caída en su valor dará
lugar a un incremento en el precio del oro. Históricamente, este ha sido el
principio: si el dólar sube el precio del oro baja, si el dólar baja el precio
del oro sube.
Esta relación, sin embargo, parece estar cambiando. Si
tomamos como referencia el índice actual DXY Dollar Index, el índice que recoge
mejor la evolución del dólar frente al resto de divisas internacionales, y la
evolución del precio del oro, observaremos que existen varios períodos en los
que el dólar y el oro han ido de la mano. A la luz de estos resultados, podríamos
hablar inclusive de la existencia de correlación positiva entre el dólar USA y
el oro. Todo un cambio de paradigma que demandaría un análisis más extenso.
6. ESPECULACIÓN
Los precios de los metales puede ser en muchos casos
influenciados también por la disponibilidad de liquidez de los fondos de
inversión y por los “pronósticos” que suelen dar los gurús del medio, es decir,
por la especulación.
En abril de 2013 Societe Generale emitió una nota donde
hablaba de una "burbuja" del oro que movió los mercados. En un
informe posterior, Goldman Sachs recortó su precio objetivo de tres meses para
la onza de oro desde US$1,615 a US$1,530 y redujo su pronóstico de 12 meses a US$1,390
desde US$1,550. Por su parte, un banco junto a Barclays y Credit Suisse, han salido
a pronosticar precios promedio más bajos en 2014 que los alcanzados el 2013.
Finalmente, la londinense Capital Economics anunció que el metal rojo (cobre) caerá
de cerca de los actuales US$7,200/t a menos de US$6,000/t el 2014 a medida que
la oferta suba más rápidamente que la demanda.
¿Será todo esto cierto? Dado que la proyección de precios no
es una ciencia exacta, mucho de lo que se dice obedece a intuición y
experiencia más que a certeza comprobable. Lo único que sí es seguro es que
estos pronósticos influirán, de una u otra forma, en los precios.
7. PROBLEMAS INTERNOS DE LAS EMPRESAS MINERAS
Mina Grasberg - Indonesia |
Otro aspecto no
poco importante a considerar es que la situación administrativa de las empresas
mineras no siempre permanece estable. Si la producción se ve afectado por una
huelga de mineros, por ejemplo, y cae la oferta, esto dará lugar a un aumento
en las cotizaciones.
Un ejemplo de esto lo encontramos en la huelga que se dio en
Julio de 2011 en la mina Grasberg, para muchos la más grande del mundo, que tiene
las reservas de cobre recuperables más importantes del planeta y las mayores
reservas de oro. La huelga ayudó a elevar los precios del cobre a máximos no
previstos.
8. SUSTITUCIÓN Y NUEVA TECNOLOGÍA
Un aspecto que también influye en los precios de los commodities es que el uso de los metales
para un determinado fin puede cambiar y, con eso, reducir su demanda y
posterior precio.
El oro, por ejemplo, se ha usado históricamente y en buena
medida para metal moneda, es decir, como reserva. Y los países más demandantes
eran los occidentales. De hecho este es aún es uno de sus usos importantes.
Pero actualmente el mayor uso del oro es para joyería y el 70% de este lo
consume la India. Esta alteración de uso y de mercado ha afectado su
comportamiento económico.
Otros metales han experimentado una disminución de su
demanda debido a una sustitución de materiales. Por ejemplo, el plomo. Ahora
tenemos baterías con menos plomo, gasolinas sin plomo, cañerías de PVC en vez
de plomo, etc. lo cual ha modificado su precio con presión a la baja. El cobre
es otro caso. Ahora hay radiadores de aluminio en vez de cobre, lo cual si se
generaliza podría afectar su precio. Y mucho más si surgiera un sustituto
masivo para los conductores eléctricos ya que más del 50% del cobre que se
produce en el mundo se transforma en estos.
9. ACCIÓN GUBERNAMENTAL
Cada país maneja su propio criterio en cuanto a sus reservas
internacionales en metal, impuestos, regalías, etc. Estas leyes afectan a los
metales y pueden ser muy decisivas para su cotización.
Eventualmente, los países pueden implementar políticas de
límites para la cotización, importación o exportación de oro y otros
metales. En EE.UU. por ejemplo, entre 1934
y 1972 el precio del oro se fijó por ley en US$ 35 la onza troy. Fue recién en
la época de Richard Nixon que se eliminó la fijación entre el dólar US y el oro, y
se dejó al mercado determinar el precio del metal precioso. En el caso de los
países con regímenes más autocráticos estas políticas suelen ser mucho más
frecuentes.
Acciones como esta pueden cambiar los patrones de precios y
crear una dinámica diferente para el mercado de los metales.
10. CAPACIDAD
DE RECICLAJE
Un elemento más que puede influir en la cotización de un
metal es la capacidad de reciclaje que se tiene de él o de su grado de
reutilización. Aunque las políticas de reciclaje han sido históricamente
limitadas, actualmente asistimos a un énfasis creciente de este aspecto
impulsado por sus beneficios ecológicos y energéticos. Al reciclar chatarra, se
reduce significativamente la contaminación de agua, aire y los desechos de la
minería en un 70%.
El acero ya es el material más reciclado en los Estados
Unidos, en parte de vehículos desechados. Al reciclar el hierro y el acero, el
hierro nuevo no tiene que ser extraído, lo cual produce un ahorro en costos de
extracción y procesamiento, incluyendo la energía necesaria para hacerlo. Esto
afecta al precio. El reciclaje del acero es tan simple como su clasificación y
luego su fusión junto con el hierro fundido. A unos 1.700 grados C, la mezcla
se convierte en metal líquido y luego se convierte en grandes bloques, que a
continuación se enrollan.
El aluminio viene originalmente de la bauxita, un mineral
rico en alúmina, que es un compuesto de aluminio y oxígeno. Para eliminar el
oxígeno se requiere una gran cantidad de energía. El reciclaje no sólo reduce la
minería de aluminio, sino que utiliza solamente el 5 por ciento de la
energía necesaria para crear el nuevo aluminio. En 1990, más del 50% de las
latas de aluminio fabricadas en EE.UU. fueron producto del reciclaje.
Otros metales como el cobre, la plata, el oro, el plomo y el
mercurio pueden ser reciclados desde la electrónica. Éstos son importantes para
el desarrollo de componentes electrónicos y se han convertido en una fuente
popular de reciclaje.
También son reciclables el níquel, zinc, estaño y bronce. Incluso
las joyas de oro y de plata se pueden reciclar.
En la medida en que la industria recicladora aumente y se
constituya en una importante fuente de oferta metálica implicará un factor
importante del alza o la baja de los precios.
¿Qué te parecen estos 10 factores? ¿Hay algún factor
adicional que se debe considerar?..